MI CAMINAR DE AYER.
¨El objetivo de la Terapia Gestalt es Despertar a la Consciencia¨ Dr. Fritz Perls.
Es fascinante para mí ver cómo la experiencia de caminar sobre una montaña revela en sí la vida misma.
Inicialmente planeábamos hacer una caminata de 4 a 5 horas, eso nos habían informado que duraba el trayecto. Pero resultó ser una caminata de siete horas y un poquito más. Ahí ya hay una lección de vida: la expectativa. Empezamos a ver el reloj y a especular sobre cuánto faltaba para llegar. Cuando nos embarcamos en el viaje de la expectativa se genera ansiedad, preocupación y nos perdemos de alguna manera del momento presente, del hermoso instante, del aquí y el ahora de los que habla la Gestalt. ¿Qué tal si nos liberamos de la expectativa y nos abrimos a la posibilidad de dejarnos sorprender con lo que llegue y cuando llegue? Empezamos a caminar a las ocho de la mañana, iniciando con un ascenso de esos que nos dejan sin aire en algunos momentos, que nos invitan a detenernos y a respirar más lento y profundo para recargar y continuar.
Así como en la vida hay momentos difíciles que nos invitan a hacer un pare en el camino, a respirar lento y profundo, a buscar estrategias y a continuar. Dos horas después llegamos a la primera meta, contentos, llenos de entusiasmo y energía. Estiramos músculos, nos alimentamos y decidimos continuar con la travesía.
Así como en la vida, con entusiasmo y satisfacción cuando logramos nuestros objetivos, cuando alcanzamos lo que nos proponemos. Llenos de vitalidad, reconociendo nuestras capacidades y nutriendo nuestro espíritu con autoconfianza y autorreconocimiento. Caminamos felices y contentos disfrutando de la vegetación, del paisaje. Unos con prisa, otros más lento. Algunos hablaban, otros iban en silencio. Algunos contemplando, otros caminando. Unos hablaban de vida, otros hablaron de muerte. Algunos juntos, otros adelante, otros atrás. Cada uno en su propio viaje. En todo el trayecto pudimos disfrutar de distintos climas: frío y nublado; calor y sol; lluvia, mucha lluvia que nos acompañó a lo largo de más o menos una hora de caminata. Durante toda la experiencia se escuchaban sonrisas, chistes y la gran pregunta: “¿ya casi llegamos?” Y la voz de esperanza: “estamos cerca, ya casi”. En general, mucha diversión acompañó al grupo. Sí, hermoso. Así como en la vida: unos días hace sol y otros días son nublados y lluviosos. Unos días tenemos frío y otros tenemos calor. Algunas veces disfrutamos de las diversas experiencias de vida, otras veces no. Algunas veces hacemos chistes, otras veces no. Algunas veces caminamos cómodos y secos, otras veces mojados y pesados. Algunas veces nos preguntamos si ya casi vamos a llegar, otras veces, simplemente, disfrutamos el andar. Algunas veces queremos hablar y compartir, otras simplemente disfrutar de la quietud y el silencio interior. Algunas veces aparecen las voces de aliento de afuera, algunas veces brotarán del interior.
Llegamos a la meta. No a la que habíamos planeado… nuestro decidir nos llevó a otro lugar, por un camino empinado y lleno de lodo. Tuvimos que rodar para descender a la carretera y, finalmente, lo logramos, algo embarrados y revolcados, también alegres y contentos. Y es así como en cada instante estamos decidiendo qué camino tomar.
Algunas veces salimos revolcados y embarrados, otras veces llegamos impecables a la meta, pero ambos caminos nos dejan con una gran alegría y satisfacción. La alegría de saber que somos capaces de lograr lo que nos proponemos, la alegría de conquistar nuevos territorios. Y para mí, la mayor de las victorias, la conquista de nosotros mismos y de nuestras actitudes frente a cada una de las circunstancias de la vida.
La responsabilidad – otro de los grandes pilares de la Gestalt - de hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones, pensamientos, palabras y de nuestras acciones. Gracias Madre Tierra por tanto.
¡Bonita semana para ti!
Sandra Marcela Montgomery.
Los comentarios y artículos de los profesionales son única y exclusivamente personales y están bajo su responsabilidad .