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NURIA MARIA RODRIGUEZ D.

Nacida en Asturias (España) el 18 de marzo de 1973, un domingo por la tarde.  Desde niña, siempre me habían interesado mucho los temas metafísicos, así como el comportamiento humano, así que decidí compaginar mi trabajo con los estudios de psicología, unos dos años después de licenciarme; comencé a ejercer, pero sentía que me faltaba alguna herramienta más para llegar al paciente, tras mucha investigación sobre terapias de las llamadas “alternativas”, el destino quiso darme a conocer, a través de mis amados tía y primo, una técnica que se realizaba con unos filtros, me informé y logré localizar a Marcel Vega, en ese momento iba a realizar un encuentro en Madrid para formar en P.H.E. optimizada y sin pensármelo dos veces, allí fui. Me pareció una técnica poderosísima, tras esta formación, en verano de 2015, acudí a otra formación más completa que impartía en Valencia (España) y a partir de ese momento empezó mi andadura con esta nueva terapia obteniendo resultados muy positivos. En la actualidad mis profesiones son psicóloga , terapeuta de filtros y lo compagino con el trabajo fin de máster en dirección de RRHH en EAE Business School, que finalizaré en mayo. Mi mayor deseo en la vida es seguir creciendo en el entendimiento de ésta y poder aportar algo al bienestar de las personas y del planeta.

 A QUIEN LE CEDES TU PODER?

 

Cada persona vive una infancia diferente, distintos tipos de crianza, de cultura, de religión,…podemos decir, sin lugar a equivocarnos, que no hay dos personas que se hayan criado de forma idéntica. En la infancia vamos formando nuestra identidad y es cuando empezamos a posicionarnos como individuo.

 

Al mismo tiempo, aprendemos que la socialización es imprescindible para la supervivencia, pero la forma en la que vamos a socializar va a ser muy diferente de unos a otros. Muchas veces, al criar a nuestros hijos, intentamos educarle para ser una persona generosa y cometemos errores que le pueden dificultar el camino. Es muy importante enseñarle a quererse a sí mismo y a dar desde ese amor.

 

Estoy cansada de ver como las mamás obligan, con gritos e incluso algún azote, a sus hijos a dejarle su patinete o su bicicleta a otro niño, ésto que aparentemente es bueno, se transforma en negativo si lo hacen por obligación, se les está enseñando a que no tienen poder ni sobre las pequeñas cosas de su mundo, lo que hemos de hacer es educarles en el amor al prójimo y que para el niño sea una fuente de satisfacción poder compartir lo que tiene con los demás, que sienta que es poderoso y ese poder lo tiene para hacer el bien. De la otra forma, le estaremos enviando el mensaje de que cualquiera va a tener más poder sobre sus cosas que él mismo. También observamos que se dan muchas situaciones en las que un niño pide permiso para hacer algo y su mamá le contesta: “lo que diga tu padre”, mucho cuidado con esta inocente frase, hemos de cambiarlo por “lo consensuaremos tu padre y yo”, haciéndole ver que son decisiones familiares, no que vive en una sociedad en la que la voz de la mujer no vale nada, porque si es una niña, seguramente el día de mañana le cederá el poder a los hombres, incluso de manera inconsciente. Los dos ejemplos que he expuesto es para que recapacitemos sobre lo que nos puede afectar en la vida adulta los estilos de afrontamiento a las distintas situaciones que hemos vivido en la infancia. Muchas personas ceden sus derechos, sus pertenencias, su ideología sin cuestionar nada, no hacen ningún tipo de análisis, simplemente ceden su poder individual a un gobierno, a una religión, tal vez a su esposo/a, al jefe. Normalmente son incapaces de tomar decisiones y esa cesión de poder les exime en parte de sentirse responsables, la culpa siempre es de otro. Llevan dentro un molde de anulación de personalidad desde la infancia.

Hago un llamamiento para que la respuesta a nuestros hijos nunca sea un “porque sí, porque lo digo yo”, dediquemos tiempo en darles explicaciones que puedan entender y que den sentido a su vida, a la vez que les ayudamos a formarse como seres independientes, pensantes y bondadosos No cedamos el poder de la educación, no hagamos niños con cerebros estructurados de serie, dejemos que se equivoquen, que aprendan, que sus diferencias sean un valor. que se formen mentes maravillosas que lleven a este planeta a mejor puerto que al que lo hemos llevado nosotros. Para terminar, os dejo una frase de mi amado y respetado Dr. Wayne Dyer.

 

“ Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades"

Namaste.

NURIA MARIA RODRIGUEZ D.

 psiconur@gmail.com

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