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                      LA ENFERMEDAD Y EL AQUÍ Y EL                                        AHORA.    

 

 Cuando alguien cercano se enferma o cuando escucho sobre la enfermedad, es inevitable que piense en la vulnerabilidad, en la mía y en la de los demás; que piense sobre nuestra “impermanencia”, nuestro fugaz paso por la Tierra.

 

La enfermedad me lleva a cuestionarme sobre nuestra existencia, sobre el disfrute, sobre el aquí y el ahora. Sí, porque es la enfermedad la que hace que volquemos toda la atención al cuerpo, al momento presente, a lo que está sucediendo y a tomar acción sobre lo que está pasando. Es la enfermedad la que nos lleva a cuestionarnos, a re-inventarnos, y esto no es otra cosa que hacerse cargo.

 

En una palabra: responsabilidad, uno de los tres grandes pilares de la terapia Gestalt. Al enfermar podemos culpar al clima, a la herencia, al contagio o a todo lo que tenga que ver con el afuera, sin siquiera vislumbrar, por un instante, que la responsabilidad es de cada uno. Sin demeritar cómo la biología, la cultura y el ambiente inciden sobre nuestra salud, el punto que quiero tocar aquí es la responsabilidad que tenemos de hacernos cargo de nuestro propio bienestar, no solo físico, sino también mental, emocional, espiritual y energético.

 

Menciono todas estas dimensiones que, considero yo, son parte de nuestra naturaleza humana. El bienestar integral tiene que ver con el balance y el equilibrio entre nuestras energías. ¿Cómo? Hablemos de lo físico. Es de suma importancia ejercitar, a diario y conscientemente, nuestro cuerpo: caminar, estirar, correr, saltar, bailar. El aspecto físico comprende, también, la alimentación: nutrir nuestro organismo con alimentos sanos, frescos y balanceados. Otro factor determinante sobre la alimentación son nuestros pensamientos, el alimento para nuestro espíritu. ¿Cómo alimentamos nuestra mente aquí y ahora, y a cada instante? Procurando que cada pensamiento sea positivo, de agradecimiento y de creación, que nutra y enriquezca nuestro ser.

 

Se deben evitar al máximo los alimentos y pensamientos tóxicos y contaminantes. Y eliminar juicios y críticas. Ahora hablemos del aspecto emocional. Este tema me conecta con otro de los tres pilares de la Gestalt: presencia. Esa habilidad o actitud de estar atento, despierto, observante del momento presente, de nuestras emociones, sin juzgarlas, sin criticarlas. Simplemente, permitiéndonos estar en cada una de ellas, permitiéndonos vivir la tristeza, la alegría, el dolor, la frustración, el miedo e, igualmente, el placer. Es aceptar que esas energías también son parte de nuestra humanidad. Es cuidar de nosotros mismos con amor y compasión. Así pues, la enfermedad y el dolor no son más que circunstancias maestras que nos llevan a hacer un alto en el camino; a respirar lento y profundo; a observar, reconocer y reconciliar; a confrontar, transformar y crecer.

La enfermedad es una experiencia a la que veo, hoy, como una gran oportunidad, si se asume con aceptación y agradecimiento. ¿Y tú, eres consciente de tu bienestar integral? ¿Aquí y ahora estás cuidando de ti? ¿Te alimentas sanamente? ¿Haces ejercicios con frecuencia? ¿Cómo son tus pensamientos? ¿Asumes tu vida y tu salud con responsabilidad? ¿Estás en conexión con tu cuerpo? ¿Eres consciente de tus pensamientos y emociones?

¨El objetivo de la Terapia Gestalt es Despertar a la Consciencia¨ Dr. Fritz Perls. 

 

¡Bonita semana para ti!

Sandra Marcela Montgomery.

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