

Presidente de la Sociedad Venezolana de Astrología Humanística - Director fundador de la Federación Venezolana de Astrólogos (FEVA) .
Director del Centro Holistico Universo y editor de la Revista Digital UNIVERSO Nueva Era. Especialidad en el estudio de la personalidad a través de los Astros y asesor de Feng Shui . Conferencias, Cursos y Talleres.
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EL INFLUJO DE LOS ASTROS.
Enfocando la astrología desde el punto de vista científico, a través de la experimentación y observación podríamos establecer relaciones entre el hombre y los planetas de nuestro sistema solar. Notaríamos que ciertas configuraciones cósmicas nos influyen en lo físico, en lo espiritual, en lo mental y sobre todos los acontecimientos que guardan relación con la vida del hombre.
Ya en los tiempos de Ptolomeo hasta nuestro Carl Jung pasando por Santo Tomás de Aquino, Jean Morin y Képler por nombrar algunos, han estudiado con mucha seriedad y ahínco los influjos planetarios por lo que en la actualidad nadie en conciencia podría negar éste fenómeno. En rigurosas demostraciones científicos como el francés León Macier (físico) comprobó las influencias sobre los metales y sobre los cuerpos simples. Experiencias que realizó durante 15 años, demostró que los rayos de la Luna corroen con mucha rapidez el mármol o sea el carbonato de calcio. También que la misma emite una longitud de onda que le es propia y en cierto sentido más poderosa que la del mismo Sol.
Si quisiéramos citar un ejemplo más sencillo podríamos preguntarle a cualquier agricultor sobre la influencia Lunar en el crecimiento de las cosechas. Por tanto, basado en este principio lógico seria difícil negar el influjo de los astros sobre el cuerpo humano, que está constituido en su esencia molecular también por cuerpos simples. De tal manera que el carácter, la inteligencia, la salud y las predisposiciones podrían perfectamente estar vinculadas de alguna manera con los astros de nuestro sistema y así influir sobre nuestro destino a través de la gestación, el nacimiento y a lo largo de toda la vida. No obstante, debemos admitir que hasta el momento nadie ha sido capaz de determinar cómo ni de qué forma el tipo de influjo actúa sobre nosotros, pues no se ha demostrado si el tipo de radiación es electromagnética, eléctrica, gravitacional o de cualquier otro rayo de energía aún desconocido por la ciencia.
A pesar de todo, existe la creencia desde tiempos inmemorables que actúa sobre la corteza terrestre y todos sus habitantes y hemos dado a cada uno de los planetas una incidencia concreta para cada terreno determinado según el aspecto espiritual y perceptivo de la astrología, el cual podría entenderse como una manera de contemplar al universo como unidad completa en la que se le une el ser humano como parte integral y a su vez microcósmica del la misma. Por lo que podríamos hacer eco de las palabras del astrólogo y escritor inglés Robert Burton cuando decía que: “Los astros influyen pero no determinan”. (El mismo, predijo la fecha de su propia muerte).
No deja de asombrarnos de cómo la praxis de esta disciplina ha perdurado a través del tiempo en forma casi intacta, la pregunta es: ¿por qué?, ¿qué es lo que nos une como seres humanos a estos conocimientos filosóficos, mitológicos, astrománticos, científicos o seudo científicos que desde siempre nos han cautivado?. A caso podría alguien explicar ¿por qué? Una gran mayoría de las personas sean astrólogos o no, siempre hablan de los signos, los horóscopos, las extrañas influencias que nos causa el contemplar las noches estrelladas, la imponente presencia del Sol, motivo de incalculables rituales arcaicos, y el sutil encanto y sentimentalismo en el que se envuelve nuestro espíritu de solo vislumbrar por un instante nuestra Luna Llena.
Quizás de alguna forma la astrología intenta contestar estas interrogantes a través de un concepto filosófico o espiritual de unión con el cosmos basándose en que: “lo que sucede arriba se siente abajo”. Idea que ya el célebre sicoanalista Carl Jung* había intuido en su teoría de los arquetipos, el cual definió como: “componentes psíquicos arcaicos que han penetrado en la psique individual sin ninguna línea de tradición directa”, cuando él mismo separa la teoría de la “causalidad” por la “sincronicidad”. Evidentemente trata de adecuar los conocimientos de una psicología moderna con la sabiduría antigua manifiesta en la astrología, dándole un nuevo enfoque futurista al psicoanálisis que quizás muchas personas no entiendan todavía por la carencia de un conocimiento serio en materia astrológica.
Hasta los tiempos del renacimiento la Astronomía y la Astrología eran ciencias que estaban ligadas entre sí, quizás la segunda más teocrática y filosófica que la primera, por lo que no pudo con el imponente avance evolutivo de la ciencia comprobatoria y básicamente materialista que impone nuevos conceptos de pensamientos más racionalistas, propias de un estilo impuesto por las ideas de Copérnico según lo define Fernándo Diez Celaya.
No obstante, los seguidores de la astrología tradicional se defienden con el principio de una influencia astral sutil a un nivel espiritual y no tangible, dónde se contempla al Universo como una unidad completa en la que se le une el ser humano como parte integral y a su vez microcósmica de la misma.
Por astr. Carlos Dum - Caracas, Venezuela
CARLOS DUM.
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